domingo, 13 de julio de 2008

¿¿QUIEN MERECE ASISTENCIA SOCIAL EN CATAMARCA??

El clientelismo político de los planes jefas y jefes de hogares un instrumento de manipulación política. El asistencialismo perpetua la depencia mental y atrofia la capacidad de los asistidos para convertirse en ciudadanos responsables de su futuro.
La solución pasa por limitar el asistencialismo a programas de emergencia que acoten sus incentivos perversos y orientar la política social a “enseñar a pescar, en lugar de regalar pescado”.
La educación de calidad y la inversión que crea empleo son el único camino para disminuir la pobreza.
Ante la política social permanente tiene que estar orientada a igualar oportunidades, esto es particularmente claro cuando se trate de personas en edad de trabajar, para quienes obtienen subsidios crónicos al desempleo atentan contra la cultura del trabajo. Si queremos subsidiar, subsidiemos la capacitación laboral y el empleo, pero no el desempleo.
Las políticas asistenciales permanentes se pueden justificar en aquellas poblaciones vulnerables (ancianos y niños) y siempre que no tengan una familia en condiciones de darle una asistencia mínima . El hecho que los planes de Jefas y Jefes de hogar se administren a través de punteros políticos y organizaciones activistas, no es un hecho inevitable sino una aberración que desnuda la corrupción política de los últimos años.
Si no tenemos una política decente y una burocracia eficiente, la alternativa preferible es poner la administración de los programas sociales en manos de las iglesias o de ONGs. que no tengan una agenda política. Estas tendrían además la ventaja de complementar el aporte estatal con las contribuciones privadas.
La solución genuina para la pobreza y la indigencia es que Catamarca vuelva a crecer sostenidamente . Para ello es esencial mejorar el clima para la inversión privada y mejorar la calidad educativa. Mientras tanto tenemos que estructurar los programas sociales de tal manera de evitar sus potenciales efectos perversos de largo plazo..
Por otro lado, la dependencia creciente de la dádiva estatal destruye la cultura del trabajo y (en este caso) la familia y la maternidad responsable. De este círculo vicioso es muy difícil salir, porque los pobres se multiplican y cada vez son más los que votarán a políticos populistas como los que proponen esta medida.
Esta practica de la vieja política que si bien es complicado erradicarla totalmente no es imposible en principio hay que implementar un programa de concientizacion hacia la gente y mostrar que el asistencialismo no es una salida de la pobreza sino todo lo contrario es la profundización de la crisis social que atañe a nuestros comprovincianos-

DAMIAN BRIZUELA